Como esa canción
que sonó en la última actuación, llegó el final, que no es malo, tan solo un
final con la coronación de una reina que
no pretendió serlo pero que se encuentra satisfecha y feliz con su reinado.
Mas de catorce
semanas de un concurso-oposición donde el único temario obligatorio era cantar,
lo demás se dejó al corazón desde ese 23 de octubre en el que las puertas de la
realidad se cerraron y la de los sueños se abrieron con la única fuerza del
corazón. Ha sido una experiencia memorable y tremendamente emotiva para este
bloguero acostumbrado a noticias de los sucio, de lo feo de la vida. No había
mas que encender el televisor una hora antes para que esa triste realidad
volviera a nuestras retinas. Separatismos egoístas, violencia de género, menores
desarraigados de la sociedad y de sus familias, corrupción y tantas otras noticias
en una noche de invierno que por azares del destino será por fortuna recordada
como la de la coronación como triunfadora de Amaia de España y junto a ella de todos
sus amigos.
Ajenos a los
datos de audiencia, a las máximas de las redes sociales y a las pasiones de los
fans; ellos tan solo deseaban cantar, gustar a sus familiares y abrazar a sus
compañeros de experiencia. No solo a los que como ellos entraron en la academia
a vivir esa aventura, sino a sus profesores con los que han mantenido una
relación de estudio, risas y muchas lágrimas de emoción.
Algunos lo han criticado
como lo hacen con todo, pero como dijo uno de ellos, lo primero que vemos no es
lo que es. Así ha terminado esta maravillosa experiencia que nunca podremos
olvidar porque la música nunca termina.
Hasta siempre.
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