domingo, 12 de noviembre de 2017

PALABRAS Y PALABRAS


Parole, parole,parole…. Nos pasamos la vida escribiendo, a veces no lo hacemos con letras, son palabras que suenan y suenan   tan vacías que difícilmente pueden llegar muy lejos. Todo son palabras que sin hechos no son nada.

Las palabras pueden vestirse de gala, llevar cumplidos y describir personas. Las palabras son halagos que en muchas ocasiones no llegan más lejos de la pretensión de gustar, de impactar por su significado sin otra potencia que la de su exclusivo pronunciamiento. Las palabras son siempre huecas, no contienen materia, no son objeto de decoro ni de decoración salvo que se junten, porque sin otras no suenas a nada. La  palabra precisa de otras palabras, para significar algo más de su propio significado. Así pueden ser música cuando riman en un verso y se conjugan en eso tan bonito que decimos, que desde la boca a los besos, con tan solo palabras que llegan hasta lo más dentro. La palabra cuando se junta puede hacer y deshacer historias, puede llegar a ser encuentros y con muchas un amor que sin la palabra tan solo sería un gesto capaz de ser muchas palabras.

Me gustan las palabras bonitas, me gusta adornar la conversación con la belleza de la palabra. Muchas veces se califica esa forma de hablar como de adulación, de lisonjero, sin embargo y siendo cierto que las palabras puede que no contengan nada sin hechos; si lo es que para ser bonitas tan solo precisan estar llena de deseos. Deseos de bien, deseo de lo mejor, de felicidad, de amor, de alegría; de paz. A mi una vez me desearon lo mejor en Ingles. Me dijeron eso de: “I wish your well” y me dejaron sin respiración, porque esas palabras que tuve que buscar en el diccionario encima iban acompañadas de música, y entonces dejaron de ser meras palabras al convertirse en amor.

En el mundo del internet, de las relaciones a miles de kilómetros la palabra se convierte en el medio que no busca mas fin que agradar, atraer y sobre todo empatizar. Yo suelo hacer numerosos saludos al día, de buenos días, de buenas noches. Muchos se preguntan el motivo de que gaste tanto tiempo al día, que a veces madrugue antes del amanecer para simplemente juntar unas palabras, una foto y lo importante; un deseo de felicidad para el día que comienza o para los sueños que empiezan a crearse cuando los ojos cierran la realidad y presentan la mayor de las funciones al soñar. Mi tiempo es mi vida y la dedico a quien en mi corazón de una forma u otra habitan en cuartos llenos de luz y con vistas a mi alma. Mis palabras siempre van llenas de deseos y de los buenos. No puedo acompañarlas de hechos, porque muchas de ellas se dirigen a desconocidos, a esos a los que sin conocer son mi vida y otros a miles de kilómetros donde mis manos no pueden llegar para dar un abrazo y menos mis labios con esos besos que son deseo de emocionar, de llenar vidas y hacer latir corazones. Las palabras con deseos son capaces de cambiar días e incluso vidas. Son suspiros, respiraciones que el alma no conoce ni tan siquiera supone como llegar a asimilar la belleza de unas palabras llenas de amor.

Las palabras son bonitas si se llenan de deseo, si se cargan con la munición del amor y la emoción es la causa de su batalla por desear lo mejor.


#manuylavida



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