Hoy en el noveno
día del mes de agosto e idéntico orden del bloguero, nos encontramos sumergidos
en la magia del cariño, de ese que se capta sin necesidad de buscar el truco.
Ese cariño es el almohadón del corazón que se puede dar de forma gratuita y muy
fácilmente. En el día de ayer cedí mis prioridades a un ser querido, me dedique a hacerla sonreir, a ver la felicidad
en sus ojos, esa que es sencilla, que se tiene por la mera compañía y la
ilusión de pasar unas horas con su hijo.
Hablo de mi
madre, una mujer de avanzada edad pero de corta vida porque tiene ganas, y las
ganas son vida, es ese oxigeno que a veces falta cuando el pensar carece del
brillo necesario para poner luz donde solo queda oscuridad.
Todo ello me
lleva a reflexionar sobre el valor del tiempo. Es evidente que la vida no es
mas que tiempo, un espacio de tiempo donde somos y estamos, es esa coincidencia
la que permite apreciar la vida y percibir la existencia. Dedicamos tiempo a
procurarnos bienestares para tiempos posteriores, de conjugaciones futuras. No
hay nada más ridículo que un seguro de vida, aquel cuyo riesgo asegurado es la
vida y el coste es para reparar el siniestro que no es mas que la muerte. En
esas cosas dedicamos nuestro tiempo, también en trabajar para poder pagar
comisiones bancarias y seguros, por si pasa eso que se asegura y tener la
seguridad de que se repare. Y el tiempo se escapa, mientras pensamos en que pasaría
si sucedieran cosas, que no tienen porque pasar pero y si pasa, pues gastemos
tiempo en resolver el suceso el dia que pase si es que pasa; y no dejemos de
dedicar el tiempo al que se lo merece y lo que es preciso atender; a nuestra
familia, a los padres, la pareja, a los amigos; a ti mismo en hacer aquello que
te place y te hace sentir la vida. Nos enseñan a invertir el dinero, pero no a
hacerlo con el tiempo y la recompensa es posible que sea dinero, pero no tiempo
y menos aún vida, que no es mas que tiempo.
Me preocupa el
tiempo y no el meteorológico; me importa la vida y su dimensión espacio
temporal; y ya estamos a 9 y como dicen, la casa sin barrer. Me pasa con el blog
lo mismo que con la vida, que pienso que todavía no ha empezado, y cuando acaba
me arrepiento de no haber sido consciente del paso del tiempo.
Disfrutemos del
nueve como de todos y sintamos el paso del tiempo y de que todavía nos queda
mas tiempo que Bloguero Accidental, y menos mal que es así, no quisiera tener
una dimensión mas allá del tiempo sin ser consciente de ello. #manuylavida
MBS
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